Dicho bien del norte chileno para hablar de un carrete improvisado, casi siempre al aire libre, típico de playa o mirador. La idea es simple: cada quien llega con algo en la mochila o en la famosa “cesta” y se arma la junta con música, chelas y picoteo. Plan barato, apañador y bien apañado.
"Ya, nos juntamos en el carrete en la cesta atrás del muelle. Tú trae las chelas y yo caigo con empanadas, parlante y harta buena onda, que la noche está filete."