Juego de palabras entre confiado y fisgado, se usa para hablar de ese estado mental en el que confías tanto en alguien que te olvidas de usar el sentido común o de buscar consejo espiritual. Es como estar ciegamente entregado a la suerte o a lo que diga el otro, y luego no te quejes cuando la vida te pasa factura, porque la vaina se pone seria.
"Yo estaba tan confisado en lo que dijo el babalao del barrio que me lancé a vender mi moto, y ahora ando a pata por todo Tucupita esperando que el espíritu me mande aunque sea para un pasaje en carrito"