Se usa para decir que te pones a platicar bien a gusto y sin prisa, tanto que se te va el día sin que ni lo notes. Es como echar chisme, reírte, contar anécdotas y dejar que el reloj se haga menso. Muy de reunión familiar o de compas donde la plática se pone buena buena.

"Llegamos nomás a saludar a la tía y terminamos cotorreando la fecha con los primos, entre chisme, café y pan dulce, hasta que ya andaban cantando los gallos."

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