En Panamá se le dice diablo rojo a los buses viejos, pintados con mil colores y luces, que van por la ciudad como si fueran en persecución policial. También se usa para reaccionar ante algo muy sorprendente o increíble, como un ¡no joda! panameño con más sabor. Y hay que admitir que suena brutal.
"Man, el diablo rojo venía tan lleno que casi me quedo pegado en la puerta, parecía concierto de Sech gratis en plena Vía España"