Se usa cuando alguien anda metiendo las narices donde no lo han invitado, preguntando de más y queriendo saber chismes ajenos. Es como decir que está fisgoneando la vida de los demás por puro morbo. Muy de la costa, muy sabroso de decir, aunque al que se lo sueltan no le hace tanta gracia.
"Oye, deja de curiosear la vaina, que por andar de sapo fue que el gato terminó debajo de la camioneta del vecino."