Se dice cuando alguien saca la tarjeta, la pasa sin pensarlo y se avienta el pago como si trajera un dineral, muchas veces para lucirse o quedar bien. El chiste es que por dentro va sudando frío porque luego llega el estado de cuenta y ahí sí duele. Puro show con intereses.
"En el bar de Gómez, el compa se quiso ver bien pesado y dio el tarjetazo pa’ invitar la ronda. Todos aplaudiendo, y él nomás tragando saliva porque ya le andaba llegando el corte."