Se usa para decir que algo o a alguien lo han dejado hecho un cristo, lleno de golpes, manchas o totalmente reventado. Viene de imaginar que lo remueves todo como el Cola Cao en la leche y se queda hecho un batiburrillo. Es muy gráfica y un poco bruta, pero hay que admitir que tiene bastante gracia.
"Fuimos a vendimiar con resaca y al final dejamos la viña como un Cola Cao, barro hasta las rodillas, cubos volcados y el tractor medio enterrado en el fangal."