Se dice cuando alguien anda ligando sin disimulo, tirando labia y aventando miraditas y sonrisas a ver quién cae. Es coqueteo descarado, de ese que se nota desde la otra esquina. Puede sonar juguetón o medio encimoso, según el tono y la confianza. Si lo hace con todo mundo, ya es deporte.
"Mira a Juan, nomás llegó y ya anda echando el chicle con todas en la fiesta, hasta a la prima le guiñó el ojo."