Dicho coloquial para decir que te vas a echar una siesta, normalmente de las que caen después de comer. La gracia es imaginarte montando una tienda de campaña donde te pille, en el sofá, en la cama o hasta en una silla. Se usa en plan cachondeo, cuando el sueño te gana y desapareces un rato.
"Madre mía, qué modorra. Después del cocido me echo una tienda en el sofá y que no me busque nadie hasta que se me pase."