En Santander se suelta para decir que algo te dio pereza, fastidio o te pareció bien aburridor. Es como soltar un “qué mamera”, pero con sabor santandereano. Sirve para una persona intensa, un plan que no cuaja o una situación que te saca la piedra. No es literal de comida, aunque suene a asado.
"Uy no, qué asado ese man, lleva media hora mandando audios eternos y uno acá con el tinto frío y la paciencia en la lona."