Se dice cuando alguien intenta endosarle a otro la culpa o el marrón para zafarse de un problema. Vamos, el clásico de hacerse el loco y señalar al primero que pase. Se usa mucho en broncas familiares, en el trabajo o cuando nadie quiere hacerse cargo. Feo, sí, pero pasa más de lo que se admite.
"Se perdió la plata de la caja y Pedro, rapidito, le echó el muerto al pasante. Después andaba todo serio, como si no supiera nada, qué casualidad."