Vaina

En Venezuela, y más en el habla insular, vaina es el comodín definitivo. Sirve para nombrar cualquier cosa cuando no te sale la palabra, cuando te da flojera especificar o cuando quieres sonar bien criollo. Puede ser objeto, situación, problema o plan. Depende del tono, puede sonar neutro o medio fastidiado. Y sí, se usa para todo.

"Chamo, esa vaina en Margarita es otra liga: te lanzas a la playa, después una rumbita y al final terminas comiendo empanadas a las tres de la mañana."

Estar hecho una piedra

Se usa para hablar de alguien que está tan quieto que parece un adorno, sin ganas de moverse ni para ir al baño. Puede ser por resaca, flojera extrema o puro cansancio acumulado. Es como decir que la persona se volvió parte del paisaje, rígida y apagada. Y la verdad, a veces sienta rico quedarse así un rato.

"Chamo, desde que llegó del trabajo ese pana está hecho una piedra en la hamaca, ni por una empanada de cazón se levanta el flojo ese."

Echar vaina

Expresión bien venezolana para decir que estás fastidiando, vacilando o echando broma con alguien, casi siempre en plan amistoso. Es soltar comentarios para picar un poquito, armar relajo y reírse un rato. Si te dicen que andas echando vaina, bájale dos o sigue, pero atente a la respuesta.

"Chamo, deja de echar vaina un ratico y pásame la bolsa, que se nos ruedan los cocos y después toca correr con la lluvia encima."

Armabulla

Se le dice así a la persona que siempre arma la bulla: el que prende el ambiente, junta gente y convierte cualquier rato en bochinche. No es solo fiestero, es el que organiza, mete música, suelta el chiste y hace que hasta el vecino amargado termine asomándose. En Margarita se usa con cariño, aunque a veces sea medio fastidioso.

"Inviten a Juana, vale. Esa caraja es tremenda armabulla: llega con la corneta, llama a medio barrio y en cinco minutos ya hay baile y bochinche."

Echar más leña al sancocho

Se dice cuando alguien empeora una situación que ya venía caliente, metiendo más chisme, presión o problemas. Es como agarrar un sancocho que ya está hirviendo y todavía echarle más leña al fogón: sube el fuego y se arma el alboroto. Muy de calle para señalar al que no ayuda y encima enreda más.

"La jeva ya estaba brava por el mensaje y el pana va y le echa más leña al sancocho diciendo que lo vio con otra en Porlamar. Se prendió el peo en segundos."

Andar empizzao

Se dice cuando alguien anda con un subidón de energía, acelerado y medio alborotado, como si tuviera el motor prendido todo el día. Es ese mood de no parar quieto, hablar hasta por los codos y querer bailar aunque no haya música. Suena chistoso y bien de pana, como si la pizza diera superpoderes.

"Chamo, ese pana llegó al cumple andar empizzao, se tomó dos refrescos y ya estaba brincando, cantando y armando la rumba en la sala."

Teoría del pana

En Margarita, la teoría del pana es ese cuento optimista que suelta el amigo responsable antes de salir: llegamos temprano, rumbiamos un rato y nos vamos temprano. Suena serio, casi científico, pero en la vida real se cae a la primera ronda y al primer temazo. Al final, la noche se alarga y nadie se acuerda del plan.

"No, vale, hoy aplicamos la teoría del pana: llegamos temprano y nos vamos temprano. Dos tragos después ya estamos en Porlamar buscando arepas a las 4 y cuadrando la playa."

¡Échale bola!

Se dice para meterle ánimo a alguien y que se ponga las pilas sin miedo: que le eche ganas, fuerza y actitud, aunque la cosa esté cuesta arriba. Es como un empujón verbal de pana, bien venezolano, tipo: deja la quejadera y arranca. Suena retador, pero casi siempre va con buena vibra.

"¿Vas a cruzar la isla en bici con ese solazo? Dale pues, ¡échale bola!, que después te tomas una Polar bien fría."

Échale coco

Se dice para pedirle a alguien que piense bien, que use la cabeza y no se lance a lo loco. Es como un “razona un poquito” pero en versión caribeña, con ese tonito de consejo entre panas. Sirve tanto para decisiones serias como para cualquier metida de pata cotidiana. Y sí, suena sabroso.

"Pana, échale coco: si te vas a lanzar ese negocio con el primo, revisa bien las cuentas, que después andas pelando y llorando por el muelle."

Echarle el muerto a alguien

Se dice cuando alguien intenta endosarle a otro la culpa o el marrón para zafarse de un problema. Vamos, el clásico de hacerse el loco y señalar al primero que pase. Se usa mucho en broncas familiares, en el trabajo o cuando nadie quiere hacerse cargo. Feo, sí, pero pasa más de lo que se admite.

"Se perdió la plata de la caja y Pedro, rapidito, le echó el muerto al pasante. Después andaba todo serio, como si no supiera nada, qué casualidad."

Echarse un palmentao

Expresión usada para referirse a tomar una siestica rápida después del almuerzo, fundamental en el Caribe cuando la comida te deja pegado al sofá.

"Ya va, mi pana, primero me echo un palmentao y luego nos vamos pa' la playa."

Lanzarse un seco

Se dice cuando alguien se toma un trago de licor de un solo golpe, sin mezcla ni nada, puro y al pecho. Es el típico movimiento de valiente o de quien anda apurado y quiere “resolver” rápido. En Margarita lo sueltan mucho entre panas, sobre todo con ron, y sí, pega sabroso.

"Con este solazo en Porlamar, dame un roncito ahí, que me voy a lanzar un seco y después sí hablamos de la vida."

Pana

En Nueva Esparta y en buena parte de Venezuela, pana es tu colega de confianza, el amigo de verdad. Se usa para llamar a alguien con cariño y complicidad, como decir compadre o bro, pero bien criollo. Si alguien es tu pana, es porque te cubre la espalda y se apunta a cualquier plan, bueno o medio loco.

"Mi pana me dijo: vamos pa' la playa un ratico, y terminé cargando la cava, el parlante y hasta la sombrilla. Igual, ese pana no falla cuando toca resolver."

Realización

En Margarita se usa para ese momento de bombillito que te cae tarde, cuando por fin te das cuenta de algo obvio después de darle mil vueltas. Suele venir con una risita, un suspiro de alivio o un Ay, vale, era eso. No es nada profundo, es más bien la típica caída en cuenta bien margariteña.

"Llevaba media hora buscando las llaves por toda la casa y de repente le dio la realización: las tenía en el bolsillo, qué vaina, chico."

¡Ajolote!

Se suelta para llamarle a alguien despistado, perdido o con la mente en modo avión, como cuando no pilla una y se queda mirando al vacío. Es un toque medio burlón pero más de vacile que de bronca. Ideal para el pana que está ahí, pero no está. Y sí, suena rarísimo y por eso pega.

"Le expliqué el sistema de puntos cinco veces y el chamo seguía mirando fijo, todo ajolote, como si estuviera en la luna y sin señal."

Echar los perros

Se dice cuando alguien le tira los tejos a otra persona, o sea, cuando anda en plan conquista y coqueteo con intención romántica. Es como ir a la caza del “sí” con labia y carita de yo no fui. Ojo, no va de pasear mascotas ni de soltar perros, va de echar cuento y arrimarse.

"Mira, chamo, Juan le está echando los perros a Marisol desde que llegó, ya le compró una Polar y todo, y ella haciéndose la loca."

Zaperoco

En Margarita, un zaperoco es un lío grande, un alboroto o un desorden de los buenos, de esos donde todo el mundo habla a la vez, nadie se entiende y la cosa se enreda más. Puede ser una pelea, un chisme que explota o una situación caótica. Palabra sabrosa para cuando el plan se fue de control.

"En la cola del ferry se armó un zaperoco porque uno se coló, otro gritó y al final hasta el guardia terminó pidiendo calma con cara de no poder más."

Estar fichao

Se dice cuando alguien ya está en la mira de alguien, normalmente de la policía, un guardia o cualquier figura de autoridad. Vamos, que te tienen identificado y te están echando el ojo porque hiciste algo raro o te la pasas de vivo. Si sigues inventando, te cae el regaño o algo peor.

"Pana, bájale dos con esa vaina en la playa, que el guardia te tiene fichao desde ayer y hoy anda más ladilla."

Tirarse una lapa

En Nueva Esparta se dice tirarse una lapa cuando alguien se le pega a la pareja o a otra persona con demasiado cariño, casi pegajoso, como si fuera una lapa en el muelle. Sirve tanto para novios melosos como para panas que no se despegan ni a palos. Es medio fastidioso, pero también tiene su punto cómico.

"Desde que Juan tiene novia nueva, el pana se tira una lapa en todas partes, en la playa, en el bus, hasta haciendo la cola pa’ comprar empanadas y no hay quien los despegue."

Darle la oreja

Se dice cuando te pones a escuchar a alguien con full atención, ya sea por cariño o porque el cuento viene sabroso. Es como prestarle oído, pero con ese toque de complicidad de panas. En Nueva Esparta suele salir mucho cuando hay chisme caliente o cuando alguien necesita desahogarse. Y sí, uno se hace el serio, pero quiere saberlo todo.

"María llegó con el cuento del vecino y yo le dije: siéntate ahí, pues, que te voy a dar la oreja. Dale, suelta todo, que aquí nadie juzga y el chisme está encendido."

Estar patuqueao

Se dice de alguien que ya anda medio chocho o como de abuelito, porque se le olvidan cosas básicas, se enreda hablando o se mueve con calma eterna. No siempre es insulto, muchas veces es vacilón entre panas. En Margarita se suelta cuando alguien repite lo mismo o pregunta tres veces dónde dejó el celular.

"Chamo, buscaste el control en la nevera y el celular en el zapato. Estás patuqueao, vale, ya siéntate un ratico."

Estar en un capítulo

Se dice cuando alguien anda en la luna, distraído y metido en su propia película, como si estuviera viviendo un capítulo de novela en la cabeza. No es que sea mala onda, es que está desconectado del mundo real y no pesca ni una. Ideal para vacilar al pana que se queda pegado mirando al vacío.

"Le conté el chisme completico y el pana ni parpadeó, viendo pa' la nada. Nojoda, ese estaba en un capítulo y yo hablando solo."

Echar carro

Se dice cuando alguien está echando broma, vacilando o metiendo cuento, o sea, hablando en joda y sin intención de que te lo tomes en serio. También puede sonar a que la persona está exagerando o inventando para hacer reír o picar a alguien. Si te lo dicen, no te piques, que es puro carro.

"Déjalo quieto, vale, si Luis siempre está echando carro, ayer juró que conoce a Bad Bunny y ni pasaporte tiene el bicho."

Pararse como una flor

Se dice cuando alguien se pone bien coquetón o presumido, como pavoneándose para que todo el mundo lo mire. Es esa actitud de plantarse, sacar pecho y posar como si estuviera en pasarela, aunque sea en la cola del abasto. No siempre es insulto, a veces es pura broma con un toque de picardía.

"Chamo, mira a Carlos en la rumba, se paró como una flor con la camisa abierta y el perfume a millón, y ahora no deja de voltear pa' ver quién lo mira."

Echarle pichón

Expresión muy usada en Venezuela para decir que hay que meterle ganas a algo, ponerse serio y no aflojar. Puede ser para trabajar, estudiar, enamorar a alguien o hasta para aguantar una rumba larga. Es como decir ponte las pilas pero con más sabor caribeño, y hay que admitir que suena motivador y todo.

"Mija, si quieres pasar ese semestre, deja la flojera y empieza a echarle pichón a esos apuntes antes que el profe te mande pa’ reparación."

¡Naguará!

Interjección bien venezolana, muy típica en el oriente, para soltar asombro, sorpresa o admiración. Sirve tanto para algo brutalmente bueno como para algo que te deja loco, tipo un ¡wow! caribeño. En Margarita se oye a cada rato y queda perfecta para reaccionar rápido, con sabor a playa y calor.

"¿Viste el gentío en Playa El Agua? ¡Naguará! No cabía ni un chinchorro, parecía que estaban regalando empanadas."

Faltón

Persona que siempre promete ir a un plan y al final se raja, se desaparece o inventa una excusa chimba a última hora. Es el típico que arma el bochinche y luego ni aparece, dejando a todo el mundo guindando. En versión insular es como izar bandera blanca antes de salir de la casa, y hay que admitir que a veces da risa de lo predecible.

"Chamo, no cuentes con Luis para la rumba en la playa, ese carajo es un faltón, siempre se echa pa’ atrás y nos deja guindando con la cava llena."

Rodar la guarandinga

Salir a pasear sin rumbo fijo, especialmente en moto o bicicleta, dejándose llevar por las ganas de aventura.

"¿No tienes planes hoy? Vamos a rodar la guarandinga y vemos dónde nos lleva el viento margariteño."

Encargarse un tatao

En Nueva Esparta se dice para hablar de ir a hacerse un tatuaje, normalmente con plan vacilón: te lo “encargas”, te lo haces y luego lo enseñas como si fuera trofeo. Suena playero y fanfarrón, de los que salen con el brazo recién forrado y ya están buscando sol, ron y miradas.

"Este finde me voy a encargar un tatao y me planto en La Restinga con la manga arremangá, a ver si alguien no pregunta quién me lo hizo."

Echarse una ostra

Irse de fiesta como los grandes; disfrutar de la buena vida en la isla con bebida y jolgorio hasta que el cuerpo aguante.

"Chamo, anoche nos fuimos a Juan Griego y nos echamos una ostra que ni te cuento. ¡Todavía me duelen las piernas de tanto perreo!"

Ampliaíto

En Nueva Esparta se dice ampliaíto cuando algo está cómodo, espacioso o hecho a lo grande, sin apuros y con flow caribeño. Vale para un plan relajado, una casa con patio, o una rumba bien montada donde cabe medio mundo. Es como decir que está holgado y sabroso. Y sí, suena a playa aunque estés en el barrio.

"Nos fuimos pa’ la orilla y armamos un bonche ampliaíto, con parrilla, hielera full y música a todo volumen. Llegó gente que ni invité y todavía sobraba espacio pa’ bailar y echar cuento."

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