En Margarita, la teoría del pana es ese cuento optimista que suelta el amigo responsable antes de salir: llegamos temprano, rumbiamos un rato y nos vamos temprano. Suena serio, casi científico, pero en la vida real se cae a la primera ronda y al primer temazo. Al final, la noche se alarga y nadie se acuerda del plan.
"No, vale, hoy aplicamos la teoría del pana: llegamos temprano y nos vamos temprano. Dos tragos después ya estamos en Porlamar buscando arepas a las 4 y cuadrando la playa."