Se dice para pedirle a alguien que piense bien, que use la cabeza y no se lance a lo loco. Es como un “razona un poquito” pero en versión caribeña, con ese tonito de consejo entre panas. Sirve tanto para decisiones serias como para cualquier metida de pata cotidiana. Y sí, suena sabroso.
"Pana, échale coco: si te vas a lanzar ese negocio con el primo, revisa bien las cuentas, que después andas pelando y llorando por el muelle."