En Nueva Esparta se dice para hablar de ir a hacerse un tatuaje, normalmente con plan vacilón: te lo “encargas”, te lo haces y luego lo enseñas como si fuera trofeo. Suena playero y fanfarrón, de los que salen con el brazo recién forrado y ya están buscando sol, ron y miradas.
"Este finde me voy a encargar un tatao y me planto en La Restinga con la manga arremangá, a ver si alguien no pregunta quién me lo hizo."