Se dice cuando te pones a platicar largo y tendido, a veces de puras cosas sin tanta importancia, pero bien a gusto. Es como sentarte a darle a la lengua hasta que ya ni sientes la mandíbula. Muy de sobremesa, de banqueta o de cafecito con chisme incluido. Y sí, se te puede ir la tarde sin darte cuenta.
"Con la Lupita no hay pierde, te sientas tantito y ya te echaste una muela de dos horas entre chisme, café y risas, y ni cuenta te das."