Se dice cuando alguien está reventado de cansancio, molido después de un curro largo y duro, como si hubiera estado todo el día recogiendo uvas al sol sin descanso. Es una forma muy gráfica de decir que no puedes más, que estás para el arrastre. Y hay que admitir que la comparación tiene bastante mala leche pero también mucha gracia.
"Tía, después de estar todo el día cogiendo aceitunas con tu padre me he quedado como una perra en vendimia, si me agacho ahora me tienen que levantar con una grúa"