Se usa cuando alguien está muy enfadado, de esos días que cualquier cosa le sienta fatal y salta a la mínima. Es como ir por la vida con una nube negra encima y cara de pocos amigos. Si ves a alguien de mala leche, mejor le das espacio y ya luego le invitas a una caña.
"Tía, ni le hables a Laura, que viene de mala leche desde que el del metro le ha cerrado las puertas en las narices y casi se come la barandilla."
Cuando alguien está más amargado que un café sin azúcar, con una nube negra sobre la cabeza, listo para soltar algún bufido.
"No le hables a Juan hoy, que está de mala leche porque el Atleti perdió anoche."