En la Costa, sobre todo por Magdalena, se dice de alguien que anda tirado, relajadísimo o medio dejado, como en modo hamaca permanente. No es exactamente pereza, es más esa actitud de ir sin afán, sin estrés y sin apuro para nada. Puede sonar cariñoso o como pullita, según el tono. Y sí, es bien costeño.
"Oye, Juan anda de poncho desde el lunes, llega tarde, se sienta a echar cuento y ni mira el reloj, como si el trabajo se hiciera solo."