Echar una mano

Expresión muy usada para pedir ayuda o apoyo en algo, desde cargar unas cajas hasta salir de un lío tremendo. Es como decir que alguien te colabore un ratico, con confianza de barrio y buena vibra. Suena a panas que se ayudan sin tanto drama, y la verdad es que así da gusto vivir.

"Oe, parcero, ¿me echas una mano con la mudanza el domingo? Yo pongo el sancocho, la música y hasta la pola bien fría."

Parchar

En la Costa Caribe de Colombia, parchar es quedar para pasar el rato con la gente, sin mucho plan y sin afán. Puede ser en la esquina, en la playa o donde sea, lo importante es el parche y la buena vibra. También se usa como sustantivo: el parche. Si hay música y frío, mejor todavía.

"Hoy no inventes tanta vuelta, caéte pa’ la casa a parchar un ratico, compramos unos fríos, ponemos champeta y vemos qué sale. Si se arma el parche, mejor."

Bailar en el palo

Se dice cuando alguien anda enredado en un lío, apretado de plata o metido en una situación complicada y no ve salida fácil. Es como imaginarlo ahí, agarrado al palo, moviéndose como puede para no caerse. Muy costeño para hablar del que vive apagando incendios y siempre le cae otra.

"Mira a Juan, otra vez anda bailando en el palo con la cuota del carro y el arriendo. Le pagan hoy y ya mañana está en la olla."

Montarse en la tecla

Se dice cuando alguien se pone intenso o se ofende de más por una bobada, como si el tema fuera gravísimo. Es esa persona que se sube a la película, se enreda y no suelta el cuento. Muy de la Costa: bájale dos, respira y no armes drama por cualquier cosita, que la vida sigue.

"Parce, deja la montadera en la tecla: fue un chistecito y ya. Tómate una pola, pon música y no te me pongas todo sentido por esa vaina."

¡Qué escala!

Se suelta cuando algo te deja loco de lo grande, lo brutal o lo exagerado que es. Es como decir que está a otro nivel, que se pasó de la raya para bien. Muy de la Costa: lo dices viendo un plan, un sitio o una vaina enorme y te sale con orgullo y asombro.

"Oye, ¿y esa casa nueva del man? ¡Qué escala! Tiene piscina, sala de cine y hasta un kiosquito pa' la brisa, no joda."

Tener baúl

En la Costa, sobre todo en Magdalena, se dice de alguien que tiene un estómago sin fondo o una capacidad brutal para aguantar comida y seguir como si nada. También puede ir por el lado de guardar o cargar un montón de cosas, como si tuviera un baúl escondido. Es medio exageración, pero pega sabroso.

"Ñero, ese man tiene baúl, se bajó el lechón, la yuca y el suero, y todavía pregunta si queda arrocito."

Meterle caña

Se usa para decir que hay que acelerar algo, hacerlo con más energía, sin flojera y sin tanta vuelta. Es como decir apúrate, ponte las pilas y hazlo con ganas, ya mismo. Sirve para el estudio, el trabajo, el baile o lo que sea. Y la verdad, cuando te meten caña a veces es justo lo que necesitabas.

"Oye, ñero, métale caña a ese informe que el jefe ya está con la cantaleta y después no alcanzamos a irnos pa' la playa en Taganga a tirarnos la locha."

Darse la voladora

Se dice cuando alguien sale disparado, se va corriendo a toda mecha para evitar un lío, una vergüenza o una situación incómoda. Es como hacer la retirada táctica, pero en modo Caribe y sin mirar atrás. Muy de cuando te pillan mal parado y tu cuerpo decide por ti: pies pa’ qué los quiero.

"Apenas escuchó que venía el cobradiario por la esquina, el man se dio la voladora, brincó el andén y se perdió pa’ la playa como si lo persiguiera el diablo."

Tenerla clara

Se dice de alguien que no se deja engañar fácilmente, sabe bien lo que quiere o entiende algo perfectamente.

"Oye, no le cuentes historias. Luisito la tiene clara y no va a caer en tus trampas."

Hacer la vuelta

En la Costa Caribe de Colombia se dice cuando alguien te hace un mandado, un favor o te resuelve una diligencia rápida. Suele ser algo informal, de confianza, tipo entre panas. A veces también suena a favor medio discreto, como de no hacer muchas preguntas. Es de esas frases que sirven pa' todo.

"Oye, mi llave, haceme la vuelta y pasá por el mercadito a traer el arroz y la yuca, que yo estoy clavado acá y ya va a oscurecer."

Cerrar el guiso

Dicho costeño para cuando por fin cierras un trato, amarras un negocio o dejas algo listo y acordado. Es como cuando el sancocho ya está en su punto y le pones la tapa para que termine de coger sabor. Se usa mucho en ventas, regateos y planes entre panas. Suena bien sabroso, la verdad.

"Ya, mi llave, no le demos más vueltas: me bajas cien mil y hoy mismo firmamos. Listo, cerramos el guiso y nos vamos por unas polas donde el Mono."

Tomarse los palos

Se dice cuando alguien va a salir a beber a lo grande, normalmente en plan rumba con amigos. Los “palos” son tragos de licor, así que “tomarse los palos” es ir a darle duro al guaro, al ron o lo que haya, sin mucha delicadeza. Ojo, suele sonar a plan intenso, no a una cervecita tranquila.

"¿Qué vas a hacer hoy? Nada, me voy a tomarme los palos con los parceros en la playa y a ver si sale una rumbita."

Pantaroca

En Magdalena le dicen pantaroca al pan que se pone durísimo, de esos que ya no se comen, se usan de pisapapeles o hasta de arma improvisada. Pasa cuando dejas el pancito por ahí, sin bolsa o mal guardado, y el calor y la humedad lo rematan. Es una forma exagerada y bien costeña de quejarse.

"Ñero, guarda ese pan ya, que con este calor se pone pantaroca y después ni con café con leche lo bajas."

Culillo

En la Costa Caribe se usa para hablar de ese miedo sabroso que te entra justo antes de hacer algo arriesgado, como un sustico en la barriga que te frena. No es terror extremo, es más bien nervios mezclados con respeto por lo que vas a hacer. Y la verdad, a veces ese culillo te salva de hacer locuras muy brutas.

"Mano, yo iba a meter la moto por esa trocha llena de barro, pero me dio un culillo verraco y mejor me fui suave por la carretera vieja."

Ser una memoria fresca

Se dice de la persona que se entera de todo y no se le escapa ni un chisme, como si tuviera la cabeza en modo grabadora 24/7. Hoy escuchó algo en la tienda y mañana ya lo sabe medio barrio, con nombres, fechas y hasta el color de la camiseta. Útil para enterarte, peligroso si la embarras.

"No le cuentes nada a Marta, parce, que esa vieja es una memoria fresca y mañana ya lo sabe el barrio entero, con lujo de detalles y todo."

Rajabola

Se le dice a alguien que se asusta fácil o que se acobarda a la primera, sobre todo cuando se supone que debería aguantar la presión. Es el típico que oye un ruido y ya está pidiendo auxilio. Va con burla cariñosa, como diciendo: no seas tan miedoso, que no es pa' tanto.

"Apenas tronó y Pedro se puso rajabola, salió embalado pa' la casa y dejó la cerveza servida. Dizque valiente y le tiene miedo hasta a la sombra."

Dar papaya

En Colombia se dice cuando te descuidas y te pones en bandeja para que te roben, te tumben o se aprovechen de ti. Es como ir por la vida con el letrero de "hágame el favor y atráqueme" pegado en la frente. Muy usada como consejo: no des papaya, pilas.

"Parce, no des papaya: si te vas a bailar, guarda el cel en el bolsillo de adelante, que esa disco está llena de vivos."

Cepilleo

En la Costa, sobre todo por Magdalena, el cepilleo es cuando alguien se pone en modo conquistador y te suelta piropos, labia y frases románticas para caerte bien o levantarte. Puede ser tierno o cansón, depende del nivel de insistencia. Con brisa de playa y acento costeño, a veces hasta suena bonito, no te voy a mentir.

"Ese man no me deja quieta con tanto cepilleo cada vez que paso por la plaza, ya va a pedir tarima y todo, poeta samario."

Bacano

Se usa para decir que algo está muy bueno, chévere o que te dejó con una sonrisa. Puede ser una persona, un plan, una canción o hasta un parche improvisado. En la Costa suena natural y relajado, como diciendo “qué nota”. No es fino ni formal, pero sí bien positivo. Y pega perfecto para hablar de rumba.

"Oye, ese plan en Taganga estuvo bacano, pescado frito, brisa en la cara y el DJ tirando vallenato como si no hubiera mañana."

Guarapa'o

En la Costa, sobre todo por Magdalena, se le dice guarapa'o a alguien que quedó marcado con una cicatriz brava o una herida bien notoria. Es como decir que el man está “rajado” o “señalado”, de esos que parecen venir de una pelea eterna. Suena medio exagerado, pero por eso mismo da risa.

"Oye, ese man del mercado anda guarapa'o en la mejilla, parece que se hubiera peleado con una reja y la reja ganó, ¿viste?"

Trepa que trepa

Se le dice a alguien que es un trepador de manual, de esos que viven buscando subir de puesto, caerle bien al que manda y acomodarse como sea. No es precisamente un halago, porque suena a que pisa a quien toque con tal de escalar. En la Costa se suelta con burla y un poquito de rabia.

"Ese man vive pegado al jefe, hoy le carga el maletín y mañana te vende por un ascenso. Qué trepa que trepa, ñero, así cualquiera sube."

Arrugarse

En el Caribe colombiano, sobre todo por Magdalena, arrugarse no es llenarse de arrugas ni nada de eso. Es echarse para atrás, acobardarse o perder el impulso justo cuando toca cumplir. Se usa mucho para picar a alguien que prometió algo y a la hora de la verdad se asusta. Y sí, da rabiecita.

"No joda, Pedro dijo que se tiraba al río y cuando vio el agua fría se arrugó de una, quedó fue hablando paja en la orilla."

Vender humo

Se dice cuando alguien te endulza el oído con promesas, planes y palabreo, pero al final no hay nada real detrás. Te venden la idea, el cuento, el “ya casi”, y tú quedas esperando como bobo. Muy típico para políticos, vendedores intensos o el amigo que siempre “mañana te pago”.

"El man llegó con su discurso y su sonrisa, vendiendo humo a lo loco, y al final del proyecto no apareció ni la plata ni el material. Pura carreta, parcero."

Quedar de frente

En la Costa, sobre todo en Magdalena, se dice cuando alguien queda en evidencia, en ridículo o mal parado delante de la gente. Es ese momento en que te crees la última Coca-Cola del desierto y, pum, la realidad te aterriza en público. Sirve para vaciladas, bochornos y metidas de pata bien visibles.

"El man juraba que cantaba champeta durísimo, lo subieron a la tarima y se le fue la voz. Quedó de frente delante de todo el barrio."

Estar de poncho

En la Costa, sobre todo por Magdalena, se dice de alguien que anda tirado, relajadísimo o medio dejado, como en modo hamaca permanente. No es exactamente pereza, es más esa actitud de ir sin afán, sin estrés y sin apuro para nada. Puede sonar cariñoso o como pullita, según el tono. Y sí, es bien costeño.

"Oye, Juan anda de poncho desde el lunes, llega tarde, se sienta a echar cuento y ni mira el reloj, como si el trabajo se hiciera solo."

Está tanqui

Se dice cuando todo va bien y no hay lío: el plan está relajado, bajo control y sin estrés. Es una forma costeña y recortada de decir tranquilo, como para bajar la tensión y decirle a la gente que no se raye. Suena bien de parche y de confianza, bien Caribe.

"¿Y qué, cómo va la vuelta en tu casa? Está tanqui, hermanito, caéte ya y armamos el vacile con una pola."

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