En el Caribe colombiano, sobre todo por Magdalena, arrugarse no es llenarse de arrugas ni nada de eso. Es echarse para atrás, acobardarse o perder el impulso justo cuando toca cumplir. Se usa mucho para picar a alguien que prometió algo y a la hora de la verdad se asusta. Y sí, da rabiecita.
"No joda, Pedro dijo que se tiraba al río y cuando vio el agua fría se arrugó de una, quedó fue hablando paja en la orilla."