Se usa para decir que alguien tiene la cara llena de preocupaciones, quilombos y dramas, como si en la expresión de la cara se pudiera leer toda una novela de terror o de bajón. Es como llevar los problemas impresos en la frente. Y la verdad, cuando estás así, ni el mejor mate te salva del todo.
"Che, mirá a Juan, está hecho un libro después del quilombo en el laburo, parece que se leyó toda la saga de terror en una noche sin dormir."