Se le suelta a alguien cuando está lentazo o más flojo que una hamaca, como si no tuviera apuro por nada. Es comparar a la persona con el motelo, una tortuga terrestre de la selva que va a su ritmo y se conforma con poquito. Sirve para picar y apurar, con cariño o con su jalón.
"Oe, Sergio, estás hecho un motelo, pues. Levántate ya y anda a chambear, que si sigues así hasta el vecino te gana la chamba."