Se usa para decir que alguien está hecho bolsa, re cansado o medio destruido después de un día largo, una noche de joda o una situación que lo dejó sin energía. No habla de nervios, más bien de estar molido físicamente o anímicamente. Y sí, la imagen de quedar como una milanesa aplastada tiene su gracia.
"Che, anoche salimos, laburé doble turno y encima me comí dos bondis rotos, hoy estoy hecho una milanesa, ni ganas de mover un dedo."