Se dice de alguien que vive para el chisme y el drama, como si todo fuera capítulo de telenovela. Se mete donde no lo llaman, exagera lo que oye y encima lo cuenta con lujo de detalle para que arda más el asunto. No siempre es mala onda, pero sí bien metiche. Y la neta, a veces entretiene.
"Pedro, ya no estés novelero, nomás oíste dos cosas y ya armaste la telenovela con el chisme de la vecina, ¡qué bárbaro!"