Expresión que se usa cuando alguien se mete una hostia seria, se cae de culo o se da un golpe bien aparatoso, de esos que hacen ruido y vergüenza a la vez. No suele implicar drama médico, pero sí un buen rato de risas ajenas. Básicamente, no necesitas ambulancia, lo que te hace falta es recuperar la dignidad.
"Tú tranquilo, que el suelo no se va a mover... ¡zas! El colega ha resbalado con la birra y se ha fotut un torrazo que hasta el vecino del quinto ha asomado la cabeza."