Se dice cuando alguien toca el timbre de una casa y sale disparado antes de que le abran, solo para fregar y dejar al dueño con cara de ¿y este quién era? Es la típica travesura de cipotes aburridos en la cuadra. Inocente, pero si te agarran, te cae la regañada y con razón.
"Anoche los cipotes andaban haciendo el timbón por toda la cuadra y yo, bien bolo, salí en calcetines a agarrarlos y casi me voy de jeta en la acera."