Se dice cuando alguien se agranda y se pone canchero o desafiante, como si fuera re bravo, pero en el fondo no tiene con qué o no sabe ni dónde está parado. Es el típico que se hace el picante para la tribuna y después, a la primera, arruga. Muy de bardear sin bancársela.
"Mirá al Facu haciéndose el torito con la profe y después no entrega un trabajo desde marzo. Se agranda al pedo y encima se hace el vivo."