Se usa cuando algo quedó totalmente destruido, deshecho o en un estado tan malo que ya no sirve para nada, como si lo hubieran molido. Puede ser un objeto, un lugar o hasta una persona después de una buena farra. Es muy chapina y suena suave, aunque lo que describe suele ser un desastre total.
"Vos, después del partido la pelota quedó hecha pinol, ni rebotaba, parecía bola de trapo de la tienda del don Chente."