Se dice cuando alguien sale de fiesta y se pasa tres pueblos con el alcohol o lo que pille, hasta el punto de perder el control y la memoria. No es solo salir de marcha, es liarla fuerte, acabar reventado y al día siguiente no acordarse de casi nada. Es de esas expresiones que ya avisan de que la noche va a ser peligrosa, pero con mucha risa.
"Tú avisa a tu madre que hoy no cenas en casa, que nos vamos de lonchas y lo mismo amaneces en La Manga abrazado a una farola y sin saber ni tu nombre"