En Mérida se le dice jalamillo a la persona que habla sin freno, suelta cuento tras cuento y no deja meter ni una palabra. Es el típico que te agarra en la cola del pan y te narra la vida entera, con detalles y todo. No siempre es mala onda, pero cansa sabroso.
"Marico, no me sientes al lado de Luis en el bus, ese pana es un jalamillo y te echa el cuento completo hasta llegar al centro."