En Nariño, jalar el lazo es meterse en un lío de puro terco, complicarse la vida con algo que era sencillo y terminar más enredado que antes. Es cuando uno se pone a dar vueltas, a meter mano donde no toca y al final arma un problema gratis. Y hay que admitir que la expresión suena tan gráfica que hasta da risa.
"Parce, solo era mandar el correo y ya, pero te pusiste a jalar el lazo, cambiaste todo tres veces y ahora ni el jefe entiende qué fue lo que hiciste."