Se dice cuando alguien se pone intenso y promete una vaina loquísima, casi siempre en plena rumba o con unos tragos encima. Es el típico plan que suena brutal a las 2 a. m. con los panas, pero al día siguiente nadie se acuerda o les da una flojera mortal. Pura promesa de borracho, pues.
"En la rumba, Luis la juró con que íbamos a subir el cerro al amanecer, pero cuando cantó el gallo se hizo el loco y se quedó roncando."