Apodo medio en broma, medio en serio para los camiones urbanos de Puebla, porque a veces manejan como si fueran en carrera. Decir que te subes a la bestia poblana es admitir que te espera un viaje movidito, con frenones, volantazos y cero delicadeza. Da risa contarlo, pero arriba te agarras como puedas.
"Ahorita me voy en la bestia poblana, así que si llego despeinado no me juzgues. Entre los frenones y los baches, uno sale bautizado y todo."