Se usa para decir que algo está tan rico que parece comida reservada para los dioses del Olimpo. Es la típica frase que sueltas cuando pruebas un plato casero y te explota la cabeza de lo bueno que está. Suele salir mucho cuando cocina la abuela, y la verdad es que casi siempre se queda corto.
"Tú prueba las migas que ha hecho mi abuela y verás, eso no es comida normal, eso es manjar de dioses, primo, vas a acabar rebañando el plato con pan."