En Aysén le dicen Manoelito a ese auto viejo y medio destartalado que, por alguna razón misteriosa, sigue andando y salvándote el día. Es un apodo cariñoso para el cacharro fiel, aunque suene, bote y pida taller cada dos por tres. Casi una leyenda local con ruedas, y con personalidad propia.
"Ya, súbete no más, si el Manoelito puede con todo. Eso sí, si se pone mañoso en la cuesta, nos bajamos a empujar y era."