Se usa cuando algo tiene mucho relleno y poca sustancia, como una historia llena de adornos y casi nada de verdad. También aplica para planes, chismes o promesas que suenan muy grandes pero al final se quedan cortos. Es como decir que te vendieron humo, aunque a veces el chisme con relleno también se disfruta, para qué negarlo.
"La vecina se lanzó media hora hablando del novio extranjero millonario y al final ni foto ni nada, ese cuento tenía más pan que pescado, puro humo barato."