Se dice cuando alguien te está regañando, sermoneando o dándote un discurso larguísimo, como si te estuviera echando la homilía. Es un modo medio burlón de cortar el rollo y pedir que vayan al grano. No es súper grosero, pero sí trae actitud de ya bájale, padre.
"Ya sé que la regué y llegué tarde, pero no me estés cantando misa, mejor dime qué hacemos ahorita y ya."