Expresión muy usada en Yaracuy para decir que alguien se levanta exageradamente temprano, casi de madrugada, cuando todavía está oscuro y las gallinas ni han abierto un ojo. Es como decir que eres tan madrugador que ni el gallo ha pensado en cantar. Y sí, suena gracioso pero también un poco sufrido.
"Mi abuelo se para con las gallinas todos los días, se lanza su café cerrero y ya a las cinco está en el conuco echándole pichón como si nada."