Se dice cuando alguien se avienta un rollo bien adornado, con pura labia, para impresionar, convencer o chamaquearte. Es el típico discurso de vendedor colmilludo o compa que promete el cielo y las estrellas con tal de que le compres o le creas. Suena chistoso, pero aguas, porque a veces sí te la aplican.
"El vato se aventó una pintura de gallo pa’ que le comprara los cocos y ya al final hasta me quería encasquetar la palmera completa, bien campante."