En Veracruz se usa para hablar de alguien que anda coqueteando duro, pegándose a la otra persona como si fuera chicle. Es tirarle la onda con insistencia, buscando llamar la atención y no despegarse. Suena medio inocente, pero todos saben que trae su buena dosis de ligue y malicia juguetona.
"No manches, el Toño se fue a la playa y se puso a poner chicles con todas las chavas del malecón, parecía vendedor de dulces en hora pico."