Expresión irónica para pinchar a alguien que va de fina, de importante o de “alta sociedad”, pero en realidad está en un sitio pequeño y bastante normalito, de secano y polvo. Vamos, que se cree la reina del pueblo por ponerse dos brillos y mirar por encima del hombro. Tiene mala leche, pero es graciosa.
"Mírala, con tacones por el camino de tierra y cara de perdonarte la vida. La princesita del secarral, dando vueltas por la plaza como si el pueblo fuera su palacio."