Se usa cuando pasa algo malo o medio chafa y alguien suelta esta frase para verle el lado positivo a la cosa. Es como decir que, ya que estamos fregados, al menos sirve para algo, aunque sea para hacer cebiche. Suena bien peruano y tiene ese humor resignado que igual te saca una risa.
"Se nos malogró la refrigeradora y mi vieja, en vez de renegar, suelta: ¡qué bueno pa'l cebiche!, ahora sí usamos todo el pescado antes que se malogre"