En Loreto se dice cuando alguien queda reventado, sin pilas, como exprimido por el calor y la humedad de la selva. Es ese cansancio que te deja en modo zombie, sin ganas ni de hablar. Va perfecto después de una caminata brava, una chamba pesada o una noche larga. Suena gracioso, pero describe demasiado bien.
"Mano, después de subir y bajar esos barrancos en la selva quedé tamarindo, me tiré en la hamaca y ni para comer tenía fuerza."