Expresión muy andaluza para señalar a alguien que es antiguo, soso y con cero ganas de modernidades ni de cachondeo. Es esa persona que siempre pone pegas, que todo le parece mal y que va por la vida con espíritu de abuelo gruñón aunque tenga veinte años. Y hay que admitir que a veces hace gracia usarlo, aunque pique un poco.
"Tía, deja ya de invitar al Juan a los planes, que es un rancio pilonga, siempre rajando de la música, del botellón y hasta de las tapas gratis."