Se usa cuando andas de un lado para otro sin parar, ya sea por chamba, por drama familiar o porque te encanta el desmadre. Es como si la vida te trajera de chofer gratis, pero sin preguntarte si quieres paseo. Cansa, pero a veces también tiene su sabrosura, aunque acabes molido.
"Desde que empezó el mes ando del tingo al tango entre la chamba, las vueltas al centro, las pachangas y hasta cuidando a los sobrinos. Ya ni sé si necesito vacaciones o un exorcismo."