Se usa cuando alguien se está comiendo demasiado la cabeza, pensando y repensando algo hasta volverse medio loco, o buscando dramas donde no hay nada. Es como decir que la persona se raya sola con sus ideas y se arma novelas mentales gratis. Y hay que admitir que a veces todos rayamos el coco bien sabroso.
"Marico, deja de rayar el coco con ese peo del examen, si igual vas a copiarte del empollón del salón."