Se usa para decir que alguien habla demasiado, se le suelta la lengua y no para de largar cosas, muchas veces después de unos buenos pisco sours. Es como cuando el alcohol le afloja la boca a la persona y empieza a contar chismes, secretos y tonteras varias. No es un insulto grave, pero sí un tirón de orejas con humor.
"Oye, bájale a los piscos, que ya te estás poniendo de sacaboca y en cualquier momento vas a soltar hasta la clave del WiFi de tu abuela"