El sapucay es un grito agudo y bien sentido típico del chamamé correntino, ese alarido que sale del pecho cuando la música te sacude el alma. No es solo ruido, es descarga, celebración y orgullo guaraní mezclado con vino y tierra colorada. Y hay que admitir que cuando suena uno bueno se te eriza la piel.
"Sonó el acordeón en la bailanta y el viejo Pepe largó un sapucay tan fuerte que hasta los perros del vecino se callaron y todos en el rancho se pusieron a zapatear como locos."
Es un grito bien fuerte y agudo, típico del folclore del Litoral y del norte argentino, que se larga en medio de una fiesta, un baile o un momento de alegría descontrolada. Es como explotar en felicidad con la garganta cuando ya no te alcanzan las palabras. Y hay que admitir que cuando sale bien pone la piel de gallina.
"Estábamos en la peña, el bombisto se re mandó un solo y el chango del fondo tiró un sapucay tan bravo que hasta los perros del barrio se quedaron callados."