Expresión asturiana para hablar de alguien que parece muy bueno, inocente y tranquilín, casi como un santo del pueblo, pero que en realidad tiene su punto pillo y sabe liarla cuando quiere. Es ese colega que pone cara de no haber roto un plato y luego es el primero en montar el desmadre. Y hay que admitir que la expresión tiene muchísimo encanto.
"Mira a Javi, ahí todo formalín con la sidrina en la mano, pero ye un ángel del prau, como se anime un poco acaba montando una folixa que tiemblen hasta en Les Piragües"